Juan García Ponce creo en su narrativa un universo de relaciones interpersonales que se han catalogado como perversas. Pero en este universo la perversión no se identifica con la maldad, sino con la inocencia. ¿Cómo explicar esta paradoja que el sentido común no acepta y que la literatura de García Ponce hace posible? Tal vez reconociendo que existe una inocencia que rebasa la antinomia inocencia-culpabilidad, una inocencia ontológica que no necesita justificación. Para el autor, la inocencia marca también la pauta de conducta de algunos de sus personajes femeninos mas memorables. Por ello, no es casual que esta novela confronte a Inmaculada, mezcla de inocencia y perversidad, con el psicólogo Miguel Ballester, personaje que en apariencia es también contradictorio. En medio de esta confrontación, el narrador se esconderá como para desvanecerse en un saber inefable, que al que solo se tiene acceso a través de la contemplación de Inmaculada, enigma y verdad que seducirá tanto al lector como a los demás personajes.
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