A finales de 1995 fueron encarcelados 17 dirigentes de la Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo de Colombia – USO, acusados de gravísimos delitos. La defensa fue conducida por el penalista Eduardo Umaña Mendoza, su investigación reveló un aterrador montaje judicial y político de la inteligencia militar. Esta es la dramática crónica de aquellos hechos.
Los libros sirven para muchas cosas, entre ellas ser barquitos de papel en los agitados ríos y océanos del mundo, pueden alimentar las últimas hogueras en el ocaso de la civilización o regresar a la condición de piedra virgen en las canteras milenarias donde suspiramos por los tiempos donde el legado espartano no huía del recuerdo y el dolor. Los libros sirven para muchas cosas, entre ellas la conservación de la memoria, que no es más que una cruenta lucha contra la impunidad. Esta historia es uno de esos casos…
“La USO lucha…” podía leerse en el reverso de un viejo carné, como evocando románticamente su pertenencia a la tradición francesa de la confrontación, un auténtico fuerte de la crítica ilustrada, un añejo espíritu rebelde que solía vagar entre las sabanas ancestrales y las planicies sagradas de Castilla.
Mi papel nunca fue otro que el de testigo literario en un valle extraviado en el tiempo y rebosante de nostalgias madrugadas por la caminata hasta aquel río colosal, donde la Magdalena contaba a esos hombres y mujeres historias fantásticas ocurridas en la misteriosa selva de la otra orilla, mucho antes de que los manatíes se marcharan y manantiales de petróleo lo cambiaran todo para siempre; fábulas populares coloreadas por el viviente aroma de la comida traída por diosas voluptuosas y barcazas inmortales, que anunciaban ese maravilloso y mimado sopor de las tres menos cuarto guardado por peces y pájaros. La fragorosa antesala perdida de esas juventudes guerreras, irisadas por vaporosas parrandas en inolvidable casa antigua, pero también enaltecidas por la inocente esperanza desgajada de apasionadas siestas dignas de novela.
Quienes vivimos de cerca esos tiempos de batalla entre lo prodigioso y lo contrailustrado terminaríamos por preguntar: ¿Qué es ser inocente? ¿Qué hacer cuando la inocencia pasa de ser caballo de batalla de la defensa a razón para un decreto de muerte llegado desde las sombras que se extienden entre los pasillos helados y los caminos calcinados por donde corre el poder?
Índice
Breve introducción
Capítulo XXVI, el desgarro de la partida
1. Caballeros del nuevo mundo
2. Y allí estaba Lenin
3. Sacar al petróleo de la guerra
4. Está usted detenido
5. Los fantasmas no tienen rostro
6. Factum fieri infectum non potest
7. Sueños de libertad
8. Un terremoto en la ciencia del Derecho
9. Nietzsche, en el meridiano de la defensa
10. Heidegger, en el anochecer de la defensa
11. Sartre, en el amanecer de la defensa
12. Sierva María murió de amor
Epílogo