Uno de los retos y desafíos más complejos a los que nos enfrentamos los formadores de profesores de matemáticas, tanto a nivel de pregrado como de posgrado, se relaciona con cómo continuar acompañando y desarrollando la formación de quienes fueron nuestros estudiantes y ahora como egresados avanzan en su desarrollo profesional. Al mismo tiempo, como egresados, se nos presenta el reto y desafío de mantener nuestros lazos con colegas para sostener una actividad profesional reflexiva, que no se circunscribe a los espacios institucionales donde trabajamos e interactuamos con quienes ahora son parte de nuestra responsabilidad educativa.
En este documento, encontramos una experiencia que justamente pretende abordar tales retos y desafíos con un grupo de profesores y egresados del programa de Maestría en Educación de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, con la cual hemos seguido formándonos de manera continua y permanente.