Tumores que se deshacen como si fueran de hielo, personas con las extremidades paralizadas que vuelven a andar, enfermos terminales que no solo sobreviven sino que mejoran y florecen contra todo pronóstico… Para la ciencia son casos aislados, pero las curaciones supuestamente imposibles, aquellas que la medicina denomina «remisiones espontáneas», son mucho más frecuentes de lo que sugiere la ciencia oficial y se han disparado a lo largo del último siglo.