A partir de los años cuarenta cobra importancia la novela cuyo tema es la Revolución mexicana. Tomando este acontecimiento como escenario para caracterizar a su heroína, la coronela Angustias Farrera, Francisco Rojas González comienza a incorporar en sus escritos las nuevas técnicas narrativas experimentadas por los autores europeos y norteamericanos, en las que los personajes se hacen más profundos y ricos matices.