¿Cómo reconocer a un sabio? Muchas imágenes han tratado de ilustrar a algunos de estos personajes. ArquÃmedes corriendo desnudo por las calles de su ciudad gritando ¡Eureka!, o Leonardo Da Vinci y sus máquinas imposibles, o Einstein trepado en lo alto del techo tocando el violÃn.
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En la mayorÃa de los casos, quienes son llamados sabios parecen condenados a ser vistos como diferentes a los demás humanos como loquitos despistados y geniales. Y algo de eso han de tener, pero ante todo tienen una vida personal que casi siempre se desconoce.
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Esta obra narra la vida de Francisco José de Caldas, quien hizo del asombro su razón de vida. Viajero, escritor, astrónomo, arquitecto, botánico y tÃmido, Caldas no es tan serio como lo pintan, pues sólo buscaba saber, ser útil y divertirse.