
Una característica común de todos los seres humanos es la curiosidad. Somos curiosos desde el momento en que nos asomamos al mundo y, sin conciencia, observamos el lugar al que hemos arribado para adaptarnos a él.
Seguimos siendo curiosos cuando aprendemos a hablar y todo cuanto nos rodea nos llena de asombro.
Este libro está destinado, como indica su título, a las personas curiosas, a aquellas que se hacen preguntas desde su infancia. A quienes no han perdido la capacidad de asombrarse ante los prodigios de la vida y el mundo.
A.J.S