Gran conocedor del pensamiento de Nietzsche, Michel Onfray se propone en este libro hallar las condiciones biográficas de la producción de los conceptos nietzscheanos. Resigue en Sils Maria (Suiza) los pasos de un autor que siempre defendió que la filosofía se hace caminando. Contra «una multitud de pensadores sentados a una mesa, encorvados sobre los libros, la cabeza inclinada sobre las palabras que han de decir el mundo, pero que lo han borrado en beneficio de las ideas», Sils Maria será para Nietzsche el lugar adecuado para su proyecto vitalista. No en vano, es en Sils María donde, como una epifanía pagana, surge en Nietzsche la idea del eterno retorno. Explicando Nietzsche a través de los escenarios de sus paseos, Michel Onfray polemiza con lecturas sesgadas del autor del Zaratustra, especialmente con las que no distinguen la obra editada de la póstuma: Onfray considera que el pensamiento de Nietzsche hay que ir a extraerlo de los textos publicados en vida del autor. Explorándolos en profundidad, el autor expone con lucidez y ambición algunas de las grandes afirmaciones del pensador de Sils Maria: Dios no existe; la voluntad de poder lo es todo; el libre albedrío no existe; el eterno retorno dicta la ley; el amor fati crea al superhombre.
ÍNDICE
Tutear al vacío sobre la marcha
Conocer con un cuerpo de chamán
Vivir en un lugar sagrado
Experimentar una fuerza superior
Ser uno mismo una avalancha
Pensar como un campesino
Del camello al niño
Todo es inmanente: Dios no existe
Todo es monismo: la voluntad de poder lo es todo
Todo está determinado: el libre albedrio no existe
Todo se repite sin cesar: el eterno retorno dicta la ley
Todo lo que es debe ser amado: el amor fati crea al superhombre