Rancière reflexiona con ingenio y lucidez sobre la representación de la historia en el cine y en la pintura. De Alexander Medvedkin a Chris Marker, de Humphrey Jennings a Claude Lanzmann, y también de Goya a Manet, de Kandinsky a Barnett Newman o de Kurt Schwitters a Larry Rivers, el arte se ha cuestionado cómo retratar con éxito los acontecimientos que atraviesan toda una época. Pero preguntarse sobre la manera en que los artistas recortan el mundo sensible, aíslan o redistribuyen sus elementos, para Rancière es preguntarse por el corazón político de cualquier esfuerzo artístico. Y desde ese lugar analiza las diversas “historias”: la historia como colección de ejemplos, la de los 'hechos' o documental, aquella 'hecha con las huellas que nadie había elegido como tales, con los testimonios mudos de la vida ordinaria'; 'historias' que se unen o se desunen, se oponen o se entrelazan, volviendo a disponer de diferentes maneras las relaciones entre los géneros pictóricos y los poderes de la figuración. Para Rancière no hay imagen que no pueda reabrir el debate sobre las escenas que la historia oficial decía haber fijado de una vez por todas.
ÍNDICE
LO INOLVIDABLE
SENTIDOS Y FIGURAS DE LA HISTORIA
PELÍCULAS CITADAS