Dado que la paz se debe construir de manera concreta (y no sólo desearla, esperarla, anunciarla, decretarla o imponerla) comencemos bien temprano, desde la infancia, a trabajar por ella, divirtiéndonos.
Juegos cooperativos para fomentar la paz, ofrece la oportunidad, tanto a los niños como a los animadores, de experimentar concretamente en más de cien maneras la participación individual y de contribuir a la alegría de actuar conjuntamente y conformar un grupo unido, sintiéndose respetado, escuchado, reconocido, estando libre y acompañado al mismo tiempo. Igualmente, desea ser una fuente de ideas y de inspiración para reforzar la evolución hacia los juegos cooperativos, que proponen una alternativa a la manera tradicional de practicar la eliminación. Se trata de juegos bien establecidos que contienen un componente sólido de cooperación, así como la adaptación de juegos populares.
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