La Guerra, horror desesperanza, muerte, nombre femenino, es el enfrentamiento entre varias personas o bandos cuyo fin es imponerse y vencer al enemigo, surge por alguna razón económica, ideológica, territorial, religiosa.
“Es también aquel conflicto armado que cumple requisitos: enfrentar al menos una fuerza militar ya sea contra otro u otros ejércitos o contra una fuerza insurgente, y tener resultados con un alto número de muertes. Y es aquí donde la humanidad siente el quiebre, percibe y experimenta la violencia. la brutalidad y la rudeza del hombre contra el hombre usando la fuerza para conseguir un fin, para dominar a alguien o imponerse”, dice.
“Entonces surge lo imperativo en la mente del género humano a través del poder, esa capacidad que tiene una persona para influir en la conducta de otra de forma tal que esta actúa en concordancia con los deseos al imponer la autoridad”, agrega.
“Esta trilogía de violencia, guerra y poder de la mano con la diacronía de la humanidad hasta nuestros días, permite reflexionar si ahora, más que antes, se han fomentado las formas de guerra y violencia apoyadas en el poder de unos pocos contra la mayoría; la desigualdad, la discriminación, por raza, credo, religión o género”, comenta la doctora Herrera.
El sinnúmero de víctimas es opacada, al victimario es solo el objetivo sin interés alguno en el resultado de dolor y sufrimiento en la madre, hijo, esposo, hermano, la separación, la despedida con un retorno incierto; ahora lo importante es medir y nivelar el avance de la ciencia armamentista, crear, explorar y experimentar dejando campos de total exterminio vislumbrando un panorama nuevo geopolítico, energético desequilibrando la sociedad e ir desapareciendo el sentido de la Paz por la creencia que la guerra es la salida cobarde a los problemas de esa paz.
Mujeres a la Sombra de la Guerra es el recorrido a través de la memoria de sucesos irreversibles en la historia, es descubrir el dolor por amor en la madre de la guerra, la combatiente.
La creatividad, fortaleza y tenacidad reemplazando la labor de los hombres para recuperar y recobrar los estragos, devastación, ruina y asolamiento que deja la guerra.
Es el sufrimiento de la abuela que un día vio desaparecer a su nieto siendo aun joven, por la fuerza y el poder dictatorial, es el percibir la tristeza del huérfano de la guerra, es huir del terror y miedo sin un norte, es abandonar lo que nunca quisiste dejar, es desertar por el camino más corto o difícil para no morir antes, es mirar atrás y ver su pueblo aniquilado, ver que ya no existe. Es pedir a gritos con un eco al infinito: ´´No más Guerra, No más Violencia, que haya PAZ como fruto de la Justicia.
Es hora de pensar en la paz y comienza con el análisis de la actual situación y es lo que ha buscado esta sicóloga y abogada sobre Colombia.
Violencia
Prólogo
Introducción
Bibliografía