Fabio Alejandro Mariño Vargas traza en las páginas que componen este escrito, una ruta que es a la vez evocación y huella. Es el camino de tantos hombres y mujeres que siguen escribiendo una historia plagada de silencios, de avances, de renuncias, de miedos humanos, de épicas de la vida cotidiana.
Es un relato de vida en el que la realidad supera la ficción. Es un relato de las muchas vidas vividas que lo habitan desde siempre y para siempre. Testimonio que late en el Credo de una lucha incesante; de un posible imposible y por lo tanto urgente. Es un camino andado con botas y miradas del abuelo; con la complicidad de camaradas y bendiciones de la madre y de la hermana.
Fabio Alejandro, fuel a su militancia, nos devuelve en esa implacable máquina del tiempo que se llama la memoria, en la que siguen vivos a dentelladas, el dolor de los cuerpos afligidos en el potro; de los cuerpos, porque decir hermano, es decir compañero, amigo, yo soy tu y viceversa; somos uno en la búsqueda de la justicia social y de la paz; somos todos, y dos, y más, en el empeño.
CONTENIDO
Prólogo
Epílogo