[…] La vida es bella para quien traspasa las fronteras de lo convencional, se evade del infierno industrial y huye lejos del humo insalubre de las fábricas y del hedor pestífero de las tabernas; para quien se despreocupa de las restricciones de la respetabilidad, de los temores del «qué dirán» y de las murmuraciones vulgares. La vida es bella para el anarquista. […]
[…] Antes una choza, un vaso de agua y un puñado de castañas, que la labor en común con quien no place. Que toda la civilización perezca con sus casas de seis pisos, sus ascensores, sus aeroplanos, sus rápidos, su telegrafía sin hilos y sus monstruos marinos de guerra, si todo esto hace aumentar la dependencia del individuo. […]
INDICE
Casi cien años han pasado
El anarquismo individualista
Advertencia preliminar
CAPÍTULO 1.
La sociedad actual
CAPÍTULO 2.
Los formadores de la sociedad
CAPÍTULO 3.
La anarquía y sus orígenes
CAPÍTULO 4.
El anarquismo individualista
CAPÍTULO 5.
El anarquista individualista y los reformadores de la sociedad
CAPÍTULO 6.
Los cristianos y los anarquistas
CAPÍTULO 7.
El anarquista individualista considerado como hombre de acción
CAPÍTULO 8.
Voluntad de vivir y voluntad de reproducirse
CAPÍTULO 9.
El esfuerzo y la alegría de vivir
CAPÍTULO 10.
El anarquista individualista como “refractario”
CAPÍTULO 11.
El anarquista individualista y el hecho económico
CAPÍTULO 12.
La ilegalidad
CAPÍTULO 13.
De la vida como experiencia
CAPÍTULO 14.
Los anarquistas individualistas y el compañerismo
CAPÍTULO 15.
Las inconsecuencias de los anarquistas individualistas
CAPÍTULO 16.
La vida interior
CAPÍTULO 17.
El anarquismo individualista como vida y como actividad
CAPÍTULO 18
El anarquista individualista y las “propagandas especiales”
CAPÍTULO 19.
Resumen de la propaganda verdadera
CAPÍTULO 20.
El anarquista individualista y sociedad futura
El stirnerismo
APÉNDICE
É. Armand en castellano