La reprochable y hasta impiadosa costumbre de incumplir con el pago de la cuota destinada a enfrentar las necesidades de vida del acreedor alimentario, tal como refiere el jurista que prologa esta obra, Dr. Gustavo A. Bossert, se encuentra tratada de manera completa en esta obra dedicada con exclusividad y seriedad a su estudio.
Es posible argumentar, como lo hace el autor en sus palabras preliminares, que el notable incremento observado en los últimos veinte años en materia de juicios en los que se debaten cuestiones de familia ha impulsado a la doctrina a comenzar a hablar de “proceso de familia”, que por sus características propias (v.gr., acentuación de los poderes judiciarios, intensificación de la función conciliadora, colaboración interdisciplinaria, marcada necesidad del ejercicio de la inmediación, la gratuidad, las costas), lo hacen gozar de una incipiente autonomía. Dentro de ese contexto, el juicio de alimentos es un proceso cuyo objeto es satisfacer del modo más rápido y eficaz posible el requerimiento alimentario formulado por quien acude a la jurisdicción en reclamo de una prestación de tal naturaleza.
A tal fin, en el libro se analizan los antecedentes históricos y la base legal y dogmática del proceso de alimentos, así como los principios rituales que lo rigen; se continúa con la demanda de alimentos y cuestiones relativas a la competencia, legitimación y requisitos, con los alimentos provisorios y con la actuación de las partes en el proceso; para luego proseguir con conclusión del juicio, la sentencia y los recursos contra ella, las costas y el cumplimiento de la condena (percepción de la cuota). Finaliza con una reseña de los códigos provinciales, lo que resulta de interés no sólo para el ámbito nacional, y con el tema tan moderno e importante como es el Registro de Deudores Alimentarios Morosos. Útil resulta ser, por fin, el catálogo de once modelos de actuación práctica.
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