Desde el gran apagón eléctrico de 1992, Colombia ha estado bajo la constante amenaza de sufrir nuevos cortes. Prevenir esa posibilidad, los distintos gobiernos han emprendido una extensa serie de reformas que, al cabo de un cuarto de siglo, han revelado ser ineficaces. Analistas coinciden en que tenemos un sector eléctrico anacrónico, disfuncional, poco transparente y costoso. Sin embargo, a la hora de proponer correctivos, la mayoría son partidarios de seguir aplicando medidas de corto alcance para reformar los arcaísmos del sistema. Los autores del presente libro plantean algo de mayor envergadura. Sus objetivos apuntan a no solo cambiar por completo el modelo de generación eléctrica en el país, sino a encontrar formas eficaces de evitar la falta de transparencia y la no inclusividad de este vital servicio público. Las propuestas se hacen en distintos frentes: infraestructura, políticas de acceso y aspectos sociales, expectativas de crecimiento y composición del sector, siempre con el propósito de garantizar precios competitivos, seguridad en el suministro, ingreso de nuevas tecnologías y, sobre todo, descarte de apagones como los producidos en los años noventa.