La cuestión central del presente texto es develar la expe-riencia del sufrimiento escolar, a través de la perspectiva de la primera persona, e interpretar esa realidad. Se trata de pedir a quienes sufren que quiten su manto y hablen, aunque siempre quedará algo que no pueda captarse y algo que no pueda decirse. En cumplimiento de este objetivo, se plantea como hipótesis la necesidad de configurar la escuela como un lugar de la palabra y, a su vez, como un lugar de escucha. Este libro es una invitación a la escuela para dar la voz a quienes no la tienen e ir creciendo en el reconocimiento del estudiante como un otro, en la escucha de sus inter-pelaciones, pues, en esta relación de otredad, no solo se pone en juego la captación de las debilidades institucio-nales, sino el cumplimiento de los fines educativos. En este orden, el libro supera la crítica correctiva, se trata más bien de un enfoque en el que se evidencian limita-ciones y posibilidades de desarrollo.
CONTENIDO
Prólogo
Introducción
Deja de llorar y habla
Las suplicantes
Prestar oído atento
Narrar el dolor
Soy como un fantasma
El sufrimiento institucional
Relatos silenciados
Referencias