Los discursos y las prácticas de odio perviven en todo el mundo. El racismo, la xenofobia, la violencia física y simbólica contra la mujer y contra la población LGBTI no solo son ejercidos en la cotidianidad, sino muchas veces justificados y hasta utilizados para obtener réditos políticos. la pobreza, la dominación y la injusticia siempre son violentas, hasta cuando lucen más “normalizadas”. Los medios de comunicación hegemónicos parecen asumir como tarea diaria naturalizar la violencia.
La escuela, las docentes y los docentes vivimos en un mundo violento y estamos influidos por él. No inventamos la televisión ni la programación violenta, no estamos criando la delincuencia, ni la pobreza, ni la injusticia, ni la dominación, ni la guerra. Nos ocupamos como podemos de esos temas y, no creo equivocarme, hasta el docente que parece más indiferente y despreocupado algo intenta hacer para construir un mundo mejor. Si no fuera así se dedicaría a otra cosa.
Hablamos de escuelas y violencia, porque estamos comprometidos en desarrollar alternativas que nos ayuden a todas y todos a construir escuelas de paz y para la paz. Estamos en la obligación de considerar y analizar los temas y nuestras propuestas para fortalecer los esfuerzos que hacen muchas maestras y maestros, directivos, familias y comunidades, para construir día a día una escuela de comprensión, solidaridad y afecto; en que niñas, niños y jóvenes vivan un ambiente de paz, aprendan a vivir en paz y actuar en consonancia, aún en un mundo violento. O, precisamente, para contribuir a superar esa realidad.
Índice
Presentación
1. Entrando en el tema
2. La violencia
3. Escuelas violentas: algunas historias
4. Violencia escolar hoy
5. Escuelas violentas 2: violencia estructural
6.Culturas y climas escolares: Toda la escuela enseña
7. Racismo, sexismo, xenofobia y otros ismos
8. Palabras finales
Referencias