La enfermedad, la discapacidad, la edad avanzada u otras circunstancias pueden anfrentarnos, a lo largo de nuestra vida, con la imposibilidad de gobernarnos a nosotros mismos o a nuestro patrimonio, poniéndonos en situación de vulnerabilidad.
Por otro lado, la historia se ocupa generalmente de quienes construyen los grandes acontecimientos y no de quienes quedan marginados. Sin embargo, ella da cuenta del trato recibido por las personas a las que el derecho estima vulnerables, segregadas en lo social y totalmente incapacitadas en lo jurídico para el ejercicio de su voluntad.
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