Bajo la premisa de que la palabra en el teatro tiene funciones dramáticas que exceden los contenidos que expresa, lo cual tiene que ver con el sonido de la palabra oída independientemente de su sentido, Javier Daulte argumenta en este ensayo que la inclusión de esa función es ineludible para la puesta en escena y examina el lugar de la palabra en la formación teatral, su contenido artístico y su uso en la dramaturgia. Culmina con el estudio del empleo de los aspectos sonoros que intervienen en la producción teatral, particularmente en cuanto al efecto que produce en el espectador la sonoridad de las palabras en la escena.
Final