El punto de partida de «Los plebeyos ensayan la rebelión» (“Un drama alemán”, según el elocuente subtítulo del propio Grass) es una puesta en escena brechtiana de una obra de Shakespeare, representada en medio de una rebelión obrera en Alemania Oriental en la década del cincuenta. Un drama político del Premio Nobel de Literatura en el que el protagonista es Bretolt Brecht.
“Los mismos partidos socialistas o socialdemócratas se han creído la tesis de que con la caída del comunismo no queda ya lugar para el socialismo en este mundo; y perdieron toda confianza en el movimiento obrero, que por cierto existe desde mucho antes que el comunismo. Cada uno abandona su tradición, se entrega a la nada. En Alemania, por ejemplo, apenas si hubo intentos de organizar a los desocupados. Hace años que trato de convencer a los sindicatos de que no pueden representar a los trabajadores mientras tienen trabajo, y abandonarlos cuando son excluidos del mundo laboral. Tenemos que ofrecer resistencia al neoliberalismo global. Mientras tanto los intelectuales se tragan la bronca, y lo único que logran son úlceras estomacales, nada más. Hay que decir las cosas como son. Y dudo que podamos dejarlas libradas exclusivamente a los intelectuales.