Este libro, continúa tratando el tema del amor, iniciado por mí, en los libros: Avatares, (cuentos) que prosigo con Ensoñaciones (poemas), en Donjuanismos, (novela), como máxima expresión del tema, que continúo con Casanova, el amante inmortal (ensayo) y Rubirosa, amante latino (ensayo), que corroboran la universalidad y el carácter inagotable de eros
Bolívar, no podía negar u ocultar su propensión hacia las mujeres, derivada de un imperativo biológico, más allá de consideraciones éticas y morales, o de los escándalos sociales.
A Bolívar, algunos autores lo comparan con Casanova, porque, aunque vivieron en siglos diferentes, fueron grandes amantes y seductores de mujeres, como un leitmotiv de sus vidas, al lado de otros no menos importantes, quizás complementarios.
Son historias que fluctúan entre la guerra y el amor, en este, como una pausa necesaria, como lo hacían los dioses y los héroes homéricos.
Las mujeres amadas por Bolívar, pertenecían a diversas clases sociales, es decir, que él no discriminó, y así como se casó formalmente y por el rito católico con María Teresa Rodríguez, tuvo relaciones de amor libre, antes y después de su único matrimonio, durante su juventud y su madurez.