A través de un personaje entrañable, en esta obra Jaime Chabaud presenta de manera divertida e interesante a un animalito que podemos encontrar tanto en la mitología prehispánica como en la vida cotidiana de muchas regiones de América y en comunidades de México en particular: el tlacuache o zarigüeya.
Siguiendo su historia, somos conscientes de nuestra interdependencia —ya intuida en el mito de nuestros ancestros— con respecto al reino animal y la necesidad de respetar su vida.