Sabaa Tahir creció en el desierto Mojave de California, en el motel de dieciocho habitaciones de su familia. Allí pasaba el tiempo devorando novelas de fantasía, asaltando la pila de cómics de su hermano y tocando mal la guitarra. Empezó a escribir Una llama en las cenizas mientras hacía turnos de noche como editora en un periódico. Actualmente vive en el área de la bahía de San Francisco con su familia.