«El mejor cantante de todos los tiempos». Así define Eduardo Lucas Bueso al tenor Alfredo Kraus, cuya biografía, «Alfredo Kraus. Desde mis recuerdos», la primera en España del tenor, presentó ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

Rodeado de amigos y grandes nombres del panorama musical, como Emilio Sagi, director de escena, Jaime Martínez, presidente de la Asociación Asturiana de Amigos de la Ópera, y Carlos González Abeledo, presidente de la Asociación Lírica Asturiana Alfredo Kraus, Lucas Bueso presentó la biografía del que fuera su amigo íntimo durante los últimos 20 años de vida del tenor. «Nunca había pensado en escribir su biografía. Soy otorrino, no escritor, pero después del golpe tan duro que fue su muerte, y con todo el material gráfico y sonoro que yo tenía, quise con este libro reivindicar nuestra amistad y, de alguna manera, revivirla», explicó el autor, que ha pasado más de seis años trabajando en la obra.

Su admiración por Kraus se remonta a sus años de juventud. «Cuando le escuché por primera vez dejé a Elvis Presley y empecé a gastarme todo el dinero que tenía en sus discos», recuerda. Años más tarde, a través de una amiga común, le conoció en persona, y «pasé 20 años pegado a él; de hecho me hice otorrino porque quería ver cómo era su garganta, le dije a mi padre», cuenta el autor. Durante esos años, siempre que podía, Lucas Bueso tomaba fotografías y «le grababa cada vez que abría el pico».

De su amistad, su admiración y tanto material recogido ha salido la biografía que ayer se presentó, en la que se recogen sus vivencias personales y profesionales, como las veinte veces que actuó en Oviedo, la segunda ciudad en la que más trabajó el tenor después de Bilbao.

La obra es «un trabajo imprescindible para conocer al hombre y al artista», señaló González Abeledo. Martínez expresó también su gratitud al autor por «darnos un trabajo tan interesante, en el que hay hasta radiografías del tórax del cantante».

Emilio Sagi dijo haber tenido «la suerte de trabajar con él en muchas ocasiones en la Zarzuela y también aquí, en Oviedo; era un hombre maravilloso, muy diferente a la imagen que daba de conservador y frío, y esta obra nos lo muestra tal y como era».