Querida Kitty: ¿Hay algo mejor en el mundo que mirar la naturaleza por una ventana abierta, oÃr gorjear a los pájaros, sentir las mejillas calientes por el sol y tener en los brazos a un muchacho que se quiere? Con su brazo alrededor de mi cintura me siento muy segura, pegada a él, sin decir palabra. No es posible que esté mal, pues esta tranquilidad es bienhechora. ¡Ah, con tal que nadie venga a estorbarnos nunca, ni siquiera Mouschi! Tuya, Ana.