El presente texto pone sobre la mesa las memorias de los jóvenes estudiantes de Bogotá y su reconocimiento de las problemáticas sociales y políticas que ha desencadenado el conflicto armado colombiano, a la vez que marca cómo están desdibujados otros factores explicativos sobre su persistencia. Muestra las conexiones entre esas representaciones sobre el pasado, las frustraciones del presente y las desesperanzas de cara al futuro que, en ocasiones, los jóvenes viven como condena ineludible.
El autor nos expone las ‘memorias encontradas’, las que encontró y las que se encuentran; las que se aproximan y se distancian. Nos revela las ‘luchas por la memoria’, ‘los trabajos de memoria’, ‘las luchas por el pasado’. Nos indica que no solo hay una memoria hegemónica. Nos advierte que los jóvenes también manifiestan cómo operan los cuadros sociales de memoria al exponer memorias que no escapan a la circulación social de diversas memorias. Nos recuerda que las memorias nunca son puramente individuales. Nos trae a superficie palabras e imágenes pero también silencios y omisiones.