Hoy la sociedad está sitiada, el estado-nación sufre un doble acoso: el de la globalización y el de la biodiversidad; ambas corroen las fronteras que la modernidad había considerado sólidas e infranqueables. Las instituciones políticas, confinadas territorialmente y ligadas al suelo, son incapaces de hacer frente a la extraterritorialidad y al libre flujo de las finanzas, el capital y el comercio. La velocidad reduce las distancias hasta tornarlas insignificantes y ya no es posible levantar muros tras los cuales sentirse a salvo.
Se habla de “la desaparición de la sociedad”, y cualquiera sea la “totalidad” que se imagine en su lugar, esta se compone de un mosaico de destinos individuales sin vínculos con las acciones colectivas. ¿Es posible, entonces, seguir pensando sociológicamente?
Zygmunt Bauman creía que sí. Pero para ello es necesario desarmar primero los marcos conceptuales que dieron cuenta de la modernidad y comenzar a diseñar los trazos de las nuevas experiencias humanas. Esta búsqueda constituye la materia de una de las reflexiones más originales y audaces de nuestro tiempo.
ÍNDICE
Agradecimientos
Introducción
Primera parte: Política global
Segunda parte: Políticas de vida
Conclusión: una utopía sin topos
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