En sentido estricto, la educación lectora no se inicia en el momento de aprender a decodificar las letras, ni es necesario saber leer y escribir para participar de la cultura escrita. Este texto analiza los diferentes intercambios que se realizan en los escritorios públicos de la plaza de Santo Domingo, en el centro de la Ciudad de México, entre los escribanos y el público que acude a ellos. Una premisa central de la descripción y el análisis es que la cultura escrita es una práctica social y cultural que puede ser organizada y llevada a cabo de maneras distintas y por actores con diversos grados de competencia.
El propósito de enfocar la atención en la interacción escribanocliente es examinar cómo el conocimiento sobre el lenguaje escrito, su papel para establecer y mantener relaciones sociales, y su uso en contextos complejos y situaciones específicas tienen lugar en contextos sociales en los que la escritura se usa para componer textos, llenar formas y revisar documentos, en suma para participar en la vida pública y privada.
CONTENIDO
Prefacio
Prólogo
I. Intermediaros de la cultura escrita: escritores callejeros y escribanos
II. La cultura escrita a la venta en la plaza de Santo Domingo
III. El trabajo de los escribanos y sus clientes
IV. El descubrimiento de las dimensiones sociales de la cultura escrita
V. Las múltiples dimensiones sociales de la cultura escrita. Práctica y participación
Apéndice A
Apéndice B
Bibliografía