Este diccionario no es catálogo de palabras inventadas con explicaciones chistosas. Se trata más bien de tomar algunas palabras del diccionario de la lengua y radiografiarlas con un haz de luz distinto. O de sumergirlas en ácido irónico y comprobar, una vez desprendidas las sucesivas capas de grasa, cómo está formado su esqueleto. Al fin y al cabo, un diccionario, cuando maneja conceptos, no deja de ser sino el catálogo de las ideas con las que se interpreta la vida en sociedad.
El autor, Perroantonio, viene practicando una prosa bronca y destemplada, de tono frecuentemente humorístico y ocasionalmente moralista, destinada a provocar reacciones nerviosas entre los lilas. Te voy a hacer una autocrítica es su primera incursión en el campo de la lexicografía recreativa y el ensayo encubierto.
«La ironía amplía el campo de observación y viaja más lejos. Si el sentimentalismo fue el tono predominante del movimiento romántico, la ironía es la manera de ver el mundo después de las matanzas mundiales. Donde usted ve una triste calavera, yo veo un cenicero».
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