Tras terminar la guerra de Secesión, un grupo de artilleros mutilados decide fabricar un cañón gigante para enviar un proyectil a la Luna. En esta novela, Jules Verne demuestra que es un anticipador genial de ciencia y tecnología. El escritor francés convierte toda la empresa en una sátira antibelicista cargada de humor y no duda en lanzar implacables dardos contra los estereotipos más desquiciados del carácter estadounidense.
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