Qué quietud había ahí arriba, pero ¿Por qué nunca estaba en paz? El día aún no despuntaba, y Furlong miró hacia el río oscuro y brillante cuya superficie reflejaba partes equivalentes del pueblo iluminado. Eran tantas las cosas que se veían mejor, cuando no estaban tan cerca. No pudo decir cuál prefería; si la vista del pueblo o su reflejo en el agua.
Invierno de 1985 en un pequeño pueblo irlandés. Bill Furlong es un hombre amable y un trabajador infatigable; vende carbón y madera. Su única preocupación es que a su esposa y a sus cinco hijas no les falte nada. Lleva una vida tranquila y rutinaria, hasta que un día, mientras entrega un pedido en el convento del pueblo, se involucra en una situación que le devuelve otra imagen de su pasado, dejándolo en medio de una encrucijada definitiva: por un lado, seguir su instinto de auto preservación y mirar hacia abajo, por el otro, actuar con coraje y hacer lo correcto, sin importar las consecuencias.
Claire Keegan, una de las voces más potentes de la literatura irlandesa contemporánea, se detiene con perspicacia en esas pequeñas cosas que hacen la diferencia y construye una novela de una delicadeza conmovedora.
En cosas pequeñas como esas, Claire Keegan crea escenas con asombrosa claridad y lucidez. Esta es la historia de lo que sucedió en Irlanda, contando con simpatía y precisión emocional