El 29 de junio de 2010, la tranquila localidad de Puerto Varas fue sacudida por la desaparición de una mujer de 42 años que parecía tener una vida perfecta. 42 días después, cuando el cuerpo de Viviana Haeger fue encontrado en el entretecho de su propia casa, la atención del país se centró en una historia policial donde el principal sospechoso –pero no el único- parecía ser el marido de la víctima, Jaime Anguita. Pasarían siete años para que la justicia dictara su veredicto.
El periodista Rodrigo Fluxá se instaló una temporada en Puerto Varas, coincidiendo con el juicio en contra de Anguita, y desde allá, en primera persona, no sólo reconstruye y deconstruye el caso; más que eso, recorre diferentes escenarios y relatos para demostrar que la “verdad” puede desafiar a la lógica racional cuando un sistema judicial comienza a mostrar sus grietas.
“Usted sabe quién. Notas sobre el homicidio de Viviana Haeger” (Catalonia-Periodismo UDP), fue elaborado después de cuatro años de investigación, medio centenar de entrevistas presenciales, la revisión de las casi cinco mil páginas del expediente del caso y la escucha de 3.249 intervenciones telefónicas legales, que, juntos, cimientan una inquietante realidad: a veces lo más justo es dejar libre a un hombre al que todos creen culpable.
Fluxá escribe: “La cara de Anguita está ahí, en todas las pantallas, y describirla es tan difícil hoy como siempre lo ha sido, no porque que no tenga rasgos distintivos –labios finos, cejas arqueadas, nariz ancha–, sino porque si uno la mira el tiempo suficiente los contornos se le van borrando y siempre queda la sensación de estar hablando con un desconocido. Es esa una de sus principales cualidades, en esos ojos hay gente que ve la maldad pura y otros la mirada vacía de un perro callejero. Uno, en el fondo, ve en Anguita lo que quiere ver”.