Las religiones están inspiradas en hermosos principios que se enderezan a un fin común: combatir la corrupción humana; pero el camino del infierno está empedrado de religiones bien intencionadas. Balzac nunca hizo la distinción entre religiones y religiosos. Si las religiones son buenas, los religiosos tienen intereses diferentes al ejercicio práctico de la virtud y de la represión de las 'prácticas depravadas del hombre'. Antes que cuidar de sus ovejas, a los religiosos les interesa esquilarlas y esquilmarlas.
La comprobación de lo anterior nos la da en su nuevo libro, Curas y Obispos Belicistas, del historiador y escritor Édgar Bastidas Urresty. Con prosa esmerada, característica en sus libros anteriores, Bastidas Urresty nos muestra cómo el interés por el poder económico, político y social, movió en el siglo XIX las acciones de curas y obispos católicos hacia la promoción de distintas y sangrientas guerras.
Édgar Bastidas Urresty hace el relato pormenorizado y analítico de cómo, en diferentes épocas de nuestra historia, los jefes de la iglesia católica y sus sacerdotes, han empuñado en una mano la cruz y en la otra el fusil, armas muy efectivas para inducir en los fieles un sentimiento belicoso contra los gobiernos que no privilegian los intereses materiales de la Iglesia espiritual. Curas y Obispos Belicistas no es en ningún caso un libro sectario, ni antirreligioso, ni ha sido escrito con esa intención, sino con la de mostrar, dentro del rigor documental que es propio de las investigaciones de Édgar Bastidas, una realidad que forma parte de la historia non sancta de nuestro país.
Del prólogo de Enrique Santos Molano
Prólogo: sotanas con fusil Enrique Santos Molano
Introducción