El viaje representa una mutación para quien lo emprende. Se abandona un lugar, sin conocer bien el destino, y la persona llega a un sitio desconocido. De cierta forma ya no es el mismo que partió del origen. Murió una parte de su alma al salir, nace un resquicio nuevo, inexplorado. Los relatos de este libro tienen ese ingrediente de azar que dan los viajes hacia regiones ignotas, y presenciamos cómo, además, los personajes se buscan a sí mismos en el camino que recorren.
Cambian los escenarios: selvas, desiertos, paisajes costeros, bosques a las afueras de la ciudad. Prevalecen, sin embargo, las intenciones de los personajes: huir, desplazarse, salir.
Las historias presentan sueños a realizar, pero sus protagonistas deben antes pasar por algunas pruebas para alcanzarlos objetivos. Algunos logran arribar al culmen de la vida bajo soledades inconformes; otros apenas empiezan a descubrirse como parejas. Los más jóvenes desean experimentar lo que es el abandono de la estabilidad familiar. Acaso uno de los personajes seniles sólo necesita una ayuda para acabar con todo y pasar a un estado superior.
Contenido
Un refresco al clima
De la vida recobrada
Historia de un hombre que soñó tener un hotel
El paraíso perdido
En la selva
Noche sin fin
Haciendo planes