Tréboles rojos, flores amarillas.
Los cuentos de Esther Fleisacher son hijos de la observación atenta de mundos diversos. De allí, de esa circunstancia, las historias de Donde se estrellan los pájaros son diáfanas, duras; salpimentadas de belleza y verdad.
Que su autora haya sido educada en la tradición judía rodeada del entorno más cristiano y conservador de Colombia, es parte del carácter, del secreto de estas historias. Tener como origen unas creencias y unos ritos y haber crecido entre otros tan diferentes, por momentos casi opuestos, y además no practicar ninguno de ellos, es el telón de fondo que permite a Esther hacerse preguntas inteligentes y encontrar historias que sólo ella puede narrar.
Escribe frente a una maceta de tréboles rojos cuyas flores amarillas producen un contraste perturbador. Aquello parece una metáfora de sí misma. Dos divisas, dos estéticas que sumadas nos revelan nuevos sentidos, bellezas inusitadas. Como un péndulo que marca el tiempo de dos mundos, al tiempo que construye uno nuevo, los cuentos de Esther Fleisacher ofrecen, en lugar de uno, dos cielos.
José Zuleta
Contenido
La transparencia del vidrio
Primera parte
Segunda parte
Tercer parte