Dos acontecimientos marcaron la brillante carrera militar y política de José Morelos y Pavón, el gran caudillo de la revolución de la Independencia, el hombre que prefirió llamarse a sí mismo Siervo de la Nación antes que Alteza Serenísima. El primero, que lo encubra a la altura de los grandes estrategas de su época, fue la defensa de la ciudad de Cuautla contra el ejército realista, muy superior en hombres y armas y comandado por el mejor militar con que contaba la Corona española: el brigadier Félix María Calleja. El segundo fue la redacción de los Sentimientos de la nación que resume, en veintitrés puntos, el ideario político del movimiento independentista. Entregado por el propio Morelos a los diputados insurgentes al iniciar las sesiones del Congreso de Chilpancingo, el documento define “que América es libre e independiente de España y de toda otra nación, gobierno o monarquía”, que “la soberanía dimana inmediatamente del pueblo” y “que la esclavitud se proscriba para siempre, y lo mismo la distinción de castas”.