
Encontramos en Emmanuel Mounier un pensamiento de gran actualidad, elaborado en la primera mitad del siglo XX como respuesta a una crisis total de civilización en Europa. Ante dicha crisis, Mounier se levanta como defensor exigente de un hombre y de unos valores que necesitaban ser liberados de sus formas decadentes y restablecidos en su verdadero vigor.
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Su pensamiento no es una filosofía técnica, sino un análisis serio de la compleja situación en que se encuentra el hombre contemporáneo y una invitación a levantarse contra todas las fuerzas que lo oprimen.
Mounier es un educador del hombre y del cristianismo de nuestro siglo. Y al mismo tiempo es un profeta que denuncia el profundo desorden social de su tiempo y propone la construcción de un nuevo modelo de sociedad basado en los valores de la persona y la comunidad.
Su pensamiento, el personalismo, no es una filosofía abstracta, sino una filosofía práctica que se estructura en la acción comprometida. Es una ética del compromiso en la acción. Para Mounier lo que importa es el hombre viviente, ese hombre que se realiza o se pierde por y en su acción.