El libro reúne las particularidades de una lectura semiótica de la ciudad de Bogotá. Para lograr tal fin, transitamos y vinculamos, tanto sus componentes materiales, subjetivos y socioculturales, como sus determinaciones históricas. Nuestra mirada fue apoyada por las posturas de Fabio Zambrano, Armando Silva, José Luis Romero y Ángel Rama, entre otros autores. Los resultados del esfuerzo dejan ver que la partera de Bogotá tiene dos rostros: la violencia agraria y la violencia epistémica, tejidas eficazmente por una ‘ciudad letrada’ que aún cuida con celo tensiones sociales que generan segregación y exclusión.
Basados en lo anterior, afirmamos que Bogotá está habitada por ciudadanos cosmopolitas o gente de bien, que se oponen a los lobos o fanfarrones, herederos andinos de los corronchos. No obstante, frente al mismo espejo de la tradición, todos actuamos como fugitivos; esto es, deseando huir de nosotros mismos y de nuestros nichos; pero, sin dejar de ser los que somos. Así las cosas, en cada fuga, la capital colombiana muda su identidad social, no sin dejar huellas de su paradójico porvenir.