Luego de haber compartido la lucha adelantada por obreros, artesanos, indígenas, campesinos, pobladores urbanos y mujeres pobres en los libros anteriores, en este último volumen de Gente muy Rebelde emerge con todo detalle la influencia de la ideología y cultura socialista en la protesta popular.
El Primero de Mayo fue una invención plebeya de los artesanos colombianos que se constituyó en una lucha simbólica, culturalmente significativa, en el proceso de identidad de los trabajadores, inicialmente como pueblo y después como clase.
La celebración del día internacional del trabajo en Colombia hizo parte de las tempranas conquistas de las clases subalternas, que apuntaban a la democratización de la estructura política y social del país.
Las distintas expresiones de la protesta popular tuvieron sus propios rituales, imaginarios y simbólicos, sobresaliendo la de los artesanos que, desde mediados del siglo XIX, desarrollaron una cultura propia que los diferenció de los demás sectores sociales del país. El socialismo naciente en Colombia compartió parte de la trayectoria cultural y simbólica de los artesanos, pero, a la vez, introdujo nuevos elementos que la enriquecieron.
En las primeras décadas del siglo XX existió plena continuidad entre el ideario democrático a la Revolución Francesa y el ideario socialista y anticapitalista que lanzó al mundo la Revolución Rusa. Las ideas de esos dos procesos revolucionarios fueron percibidas como complementos indispensables en el objetivo de luchar por la construcción de una sociedad justa e igualitaria y de ambas se nutrió la movilización popular que cuestiono y enfrento a la hegemonía conservadora.
Presentación
Antología documental
Fuentes y bibliografía
Índice general de la obra