En la buena tradición de la novela de mafia, o de criminales, esta novela es una inmersión en la historia de una época que se niega a acabar en el presente pero que, gracias a la literatura, termina en la última página.
Las familias Ferraro y Echeverri han estado unidas desde los tiempos en los que la violencia del narcotráfico y del paramilitarismo comenzaba a campear en la Colombia de comienzos de los años ochenta del siglo XX. Su amistad y cercanía parecía ser eterna hasta que una terrible decisión cambió el curso de sus vidas. Tiempo después, los dos patriarcas familiares deberán enfrentar ese tumultuoso pasado que incluye una buena parte de una historia que es un trasunto de la del país de los últimos cincuenta años. Esta es una novela en clave, como El padrino, o La fiesta del Chivo: a través de una extensa investigación, y de la construcción de un puñado de personajes ambiguos, complejos y ominosos, en su mayoría, se reconstruye el entramado de las relaciones filiales que han dejado al país en la ruina moral. Si esta historia existe o no, será el problema de cada lector. En la buena tradición de la novela de mafia, o de criminales, esta novela es una inmersión en la historia de una época que se niega a acabar en el presente pero que, gracias a la literatura, termina en la última página.