Ana maría Bedoya Builes escribe como respira, como siente. Su estilo profundo le permite al lector emocionarse y acercarse a una realidad que desconoce y que puede llegar a tocarlo. Con cada relato nos entrega una gama de emociones que nos planta en el ambiente que describe, en los escenarios y habitaciones, en las profundidades de la tierra o de la tristeza y nos acerca poco a poco a un espejo donde nuestro reflejo se mezcla con el de los protagonistas de cada historia.
Con sus crónicas nos va internando, página a página, metro a metro, en lo profundo de los corazones, de los sueños, fortunas y silencios, de quienes compartieron con ella sus vivencias y se arriesgan día a día para encontrar el dorado'. Para vivir de él. Atenta a cada pequeño detalle, muestra al lector, con seriedad y oficio periodístico, un universo donde los conflictos, los sueños y la realidad se funden en las calles, cañadas y minas del Municipio de Segovia.
Contenido
Retrato de una nueva cronista condenado oro
Diario de una pelea sin fin chatarrera del oro
El brujo que no era
La guerra no termina cuatrocientos metros bajo tierra