A partir de la distinción entre la escritura barroca (presente en Góngora y en Quevedo) y la ficción barroca (propia de Cervantes), Carlos Gamerro repasa y sintetiza el Siglo de Oro español para dar finalmente con un sentido general del barroco y un panorama de las versiones americanas a que dio lugar aquel movimiento: el modernismo decimonónico, el beobarroco y el neobarroso. Con este vasto panorama y la claridad que lo caracteriza, Gamerro propone leer como autores barrocos a Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Silvina Ocampo, Juan Carlos Onetti y Felisberto Hernández: autores rioplatenses que respaldan con contundencia la idea de que el barroco no es solo caribeño.
Desde el Siglo de Oro español hay dos maneras de ser barroco, una se manifiesta en el nivel de la frase y es lo que habitualmente se entiende por barroco: lo frondoso, lo decorativo, lo excesivo de los medios en relación con los fines. La otra se da en el nivel de las estructuras narrativas, de los personajes y del universo referencial, “una adicción o afición al juego de intercambiar, plegar o mezclar los distintos planos de los que la realidad se compone”. Y es esto último lo que permite considerar a Borges, Bioy Casares, Cortázar, Silvina Ocampo, Onetti y Felisberto Hernández como autores de las “ficciones barrocas” más poderosas desde Cervantes y Calderón, según señala el autor. Ficciones que se producen entre 1940 y 1960, período en que cuatro de ellos viven en Buenos Aires y que incluye el decenio peronista de 1945-1955.
Un recorrido minucioso, lúcido y revelador por la obra de los autores más emblemáticos del Río de la Plata que, siguiendo los principios y las huellas del barroco áureo, ofrece un nuevo panorama de la literatura de la región, al tiempo que descubre y desentraña nuevas conexiones y paradojas, que llegan hasta la “ciencia ficción barroca” de Philip K. Dick.
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