Cada persona que se cruza en nuestro camino es un maestro que aparece para ayudarnos a ser mejores humanos. Aquellos que nos lastiman nos dan la oportunidad de aprender a perdonar, a marcar lÃmites y a ser fuertes, mientras que aquellos que nos apoyan nos enseñan a ser compasivos, pacientes y tolerantes. De igual manera, nosotros somos maestros para los demás. Esa es tu esencia. El camino del guerrero se convierte en una historia de amor entre el guerrero y el universo. Una historia de amor que, como todas, está llena de dolor, lágrimas, renuncias y, al mismo tiempo esperanza, alegrÃa y plenitud, en donde la certeza es lo que da sentido y la fe es lo que da fuerza.