Vengo de regreso por el camino ineludible de los almanaques, que nos pasean por los días, los meses, los años y hasta por lo siglos. Ese largo discurrir de vida es el que permite recoger hoy en estas páginas mis vivencias sobre el acontecer de la Salud Visual en general y de la Optometría en particular durante los últimos treinta años.
Lo que durante años ha sido considerado un oficio menor o se ha subestimado por parte de propios y extraños, hoy, gracias al trabajo denotado de muchos optómetras y al reconocimiento estatal ha cambiado. Nuestra realidad es otra, aunque los resultados sólo vean “cuando aclare la noche y pase el ruido”.
Sea pues un buen momento para ofrecer un libro escrito con pasión y justificado en el aprecio a la letra escrita; junto a mi autor de cabecera, García Márquez, con el profundo respeto y admiración que le guardo, me atrevo a decir: “escribo para que mis amigos me quieran más”.