Hacer disidencia supone romper con muchos reflejos, hábitos y representaciones que siguen manteniendo patrones más inoperantes que nunca, debilitando así nuestras voluntades y abocándonos a la pasividad. En este libro, Éric Sadin renueva las perspectivas de emancipación y elabora un registro de acciones concretas capaces de influir en el curso de nuestros propios destinos. Eso supone realizar una crítica de los discursos que defienden intereses privados, dejar de aceptar situaciones injustas y crear una gran cantidad de colectivos –en todos los ámbitos de la vida? que favorezcan la experimentación y la mejor expresión de cada uno. Ha llegado el momento de dejar de confiar en terceros y comprometernos en una imperativa y saludable política de nosotros mismos.
Introducción
ROMPER NUESTRO AISLAMIENTO COLECTIVO
Las virtudes desaprovechadas de nuestra vejez
Después del tsunami: un paisaje de desolación
Órganos de poder de un nuevo tipo
Una cuestión de método
La libertad no se compartimenta
Automatización e impersonalización
Política de la lengua
¡Alto!
El divergente habitual
Una pragmática de la reapropiación
Sagacidad del juego de Lego
CONCLUSIÓN
“DE LA AMISTAD COMO FORMA DE VIDA”
NOTAS
INFORMACIÓN ADICIONAL