Santi y Maia tienen que separarse, pues uno de ellos se va a vivir lejos y no se verán en algún tiempo. Los días serán tristes y complicados al principio. Con el tiempo, la distancia se sentirán cada vez menos y el vacío que quedó se irá llenando. ¿Quedará algún espacio libre cuando Santi regrese? Una historia en la que se demuestra que la amistad de los niños puede ser más fuerte que el tiempo y la distancia. Santi, el mejor amigo de Maia, tiene que irse lejos por una temporada, y Maia deberá aprender a vivir sin él, enfrentar nuevas experiencias y abrirse a personas nuevas. El tiempo pasa y Santi regresa, puede que ya sea tarde y el espacio de Santi en la vida de Maia ya esté ocupado, o no. “Hay espacios que el tiempo no toca”.